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Mejores prácticas para prevención del ciberriesgo, el factor humano.

Mejores prácticas para prevención del ciberriesgo, el factor humano.

por
Fernando Mateus
|

Los programas de ciberseguridad estándar a menudo no contemplan una parte significativa del riesgo que generan los empleados. Las herramientas actuales son instrumentos insuficientes.

Los programas estándar de ciberseguridad no cubren todo el riesgo

La amenaza interna (insider) involucra a empleados, personal subcontratado y proveedores. Es uno de los mayores problemas no resueltos en ciberseguridad, presente en el 86% de los incidentes según el Instituto Ponemon.
A pesar de la creciente conciencia, la mayoría de los programas de prevención siguen siendo poco ambiciosos, con fallos como:

  • Centrarse solo en monitorización técnica.
  • Ignorar normas culturales.
  • Desconocer el estado real de las personas.

Las compañías líderes adoptan microsegmentación, cambio cultural y análisis predictivo, logrando prevención y precisión superiores a la pura monitorización.

Conociendo mejor la amenaza

La amenaza interna incluye riesgos derivados del comportamiento de empleados y terceros.
Los Grupos de Riesgo Insider (GRI) abarcan desde acoso o mala conducta hasta estrés laboral, baja ciberconcienciación, susceptibilidad a elicitación o insatisfacción.

Existen dos perfiles principales:

  • GRI malicioso: busca beneficio propio o dañar la organización.
  • GRI negligencia: expone a la empresa por errores o descuidos.

La detección temprana es clave, ya que muchos incidentes se gestan durante meses o años.

Las dimensiones del problema insider

El 60% de los incidentes de ciberseguridad incluyen un componente insider, y en su mayoría por negligencia o colaboración no intencional.
Los sectores más afectados incluyen:

  • Servicios financieros
  • Telecomunicaciones
  • Tecnología
  • Sanidad
  • Gobiernos

Además del impacto frecuente, los daños económicos pueden alcanzar cientos de millones.

Problemática de las soluciones actuales

La mayoría de programas se basan en UEBA (análisis de comportamiento de usuarios y entidades), pero presentan problemas como:

  1. Detección tardía, cuando la infracción ya ocurrió.
  2. Alto número de falsos positivos.
  3. Incapacidad de detectar riesgos integrados en el comportamiento “normal”.
  4. Potenciales abusos de privacidad y baja aceptación cultural.

Algunos enfoques extremos llegan a implantar medidas intrusivas propias de entornos militares, lo que no siempre es adecuado.

Estableciendo la base de un mejor enfoque preventivo

Un programa eficaz combina tres pilares:

  • Microsegmentación: focalizar recursos en grupos de alto riesgo.
  • Cambio cultural: transformar actitudes y creencias que generan riesgos.
  • Predicción: identificar señales tempranas y actuar antes del incidente.

Microsegmentación

Identifica grupos críticos según acceso, función y vulnerabilidad, diseñando intervenciones específicas. Esto mejora la comprensión del riesgo, permite acciones de remediación adaptadas y respeta la privacidad al monitorizar colectivos en lugar de individuos.

Cambio cultural

Va más allá de la formación técnica: aborda creencias, actitudes y drivers de riesgo como estrés financiero o insatisfacción laboral, aplicando intervenciones personalizadas.

Predicción

Permite detectar indicadores de riesgo antes de que se materialice la amenaza, combinando monitorización de marcadores con acompañamiento y medidas preventivas.

Conclusión

La amenaza interna es crítica en ciberseguridad y requiere un enfoque que vaya más allá de la tecnología:
microsegmentación, cambio cultural y prevención predictiva son claves para reducir el riesgo humano de forma efectiva.

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