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Ingeniería Social: Un Concepto Desconocido

Ingeniería Social: Un Concepto Desconocido

por
Andrea Zamorano
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Cuando escuchamos el término «ciberseguridad», lo primero que nos viene a la cabeza es la seguridad de los dispositivos y las redes: antivirus, firewalls, cifrado de datos... El factor humano es con frecuencia olvidado o, como mínimo, relegado a un segundo plano.

El factor humano en la ciberseguridad

Cuando hablamos de ciberseguridad, solemos pensar en antivirus, firewalls y cifrado de datos. Sin embargo, más del 90% de los incidentes de seguridad implican el factor humano, ya sea por desconocimiento, descuido o manipulación.

La mayoría de estos casos no están relacionados con empleados malintencionados, sino con personas que caen en engaños, especialmente a través de ingeniería social.

Ingeniería social: manipulando para atacar

La ingeniería social busca manipular a las personas para que realicen acciones que beneficien al atacante: hacer clic en un enlace, descargar un archivo, dar credenciales o autorizar transferencias.

No se limita al phishing: también existe el vishing (llamadas telefónicas), el smishing (mensajes SMS) o el baiting (cebos físicos como USB infectados). Cualquier persona, incluso sin manejar datos sensibles, puede ser objetivo.

Casos reales que lo demuestran

  • Mapfre (2020): un correo de phishing comprometió credenciales, permitiendo un ataque de ransomware.
  • Zendal: fraude del CEO que terminó con el robo de 9 millones de euros mediante transferencias falsas.
  • SEPE (2021): ransomware Ryuk bloqueó servicios tras ejecución de archivos maliciosos.
  • USB infectados en EE.UU.: enviados como supuestos regalos de Amazon para propagar ransomware.
  • Suplantación de WeTransfer: emails con falsas citaciones judiciales para robar credenciales.
  • Estafa de Microsoft: llamadas falsas para que la víctima instale un software de control remoto.

Cómo ponerle freno

Las personas también necesitamos barreras. Esto implica:

  • Concienciación integral: entender cómo gestionar contraseñas, detectar fraudes y reconocer vectores de ataque.
  • Conocer vulnerabilidades personales: cada individuo tiene puntos débiles que los atacantes pueden explotar.
  • Mantener alerta constante: reaccionar a tiempo puede prevenir daños graves.

La tecnología protege, pero los firewalls humanos son esenciales para cerrar el círculo de la seguridad.

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